Amnesia


El día aprendía a olvidar, la noche vistió sus mejores estrellas y entre ellas había una que no sabía brillar. Amanece la noche, amnesia nocturna, cubre de lágrimas las hojas para que el sol con sus luces las pueda besar. Una vez más la noche nace, inhala, sueña, exhala, muere. No se puede borrar lo que no se escribió. Y sin embargo se puede leer: aquello que nunca fue escrito allí está, donde no se escribió... ni se puede borrar. Pero hay una estrella que no sabe brillar, que no tiene nombre, que se puede soñar: es la estrella que yo quiero, porque no se puede borrar.