Einstein2


En esta caja de partículas y antipartículas... ¿Se trata de aprender a soñar o de aprender a despertar? En realidad no hay diferencia. Eso lo prueba el sueño que en anoche vi, del cual traje una muestra para no ser encerrado por loco.

Sentado sobre el cordón de la vereda, un hombre no muy viejo sostenía un cartel: "charlas inteligentes 50 guita". Sostenía el cartel, y eso era todo lo que hacía. Su cara no tenía rostro, ni su cuerpo semblante. Inmóvil = mudo. No se puede describir un silencio con palabras. Dos sí: el doble de silencioso. Al parecer, yo iba en una clase de carruaje (o era el carruaje) desde cuya ventanilla lo veía estar. Como en esos cuadros inútiles, su mirada me siguió, sin moverse, sin pestañear y mucho menos sin hacer cosas que las miradas no suelen hacer, como volar en pedazos o estornudar.

Sobre mí había un sombrero del cuál salía mucho humo. Debajo de él, una cabeza oculta me dijo:

-Vamos. La gente está preocupada porque las últimas palabras de Einstein en su lecho de muerte fueron dirigidas a una enfermera que no hablaba su idioma. Como si hubiésemos entendido sus primeras palabras. Todos somos como esa enfermera.